Los posavasos de galgos son un accesorio práctico y decorativo para tu hogar. Son ideales para colocar en tu mesa o escritorio, protegiendo la superficie de manchas y marcas. Además, añaden un toque personal y temático a tu espacio.
Hay muchas opciones disponibles en el mercado, desde diseños simples y elegantes hasta imágenes coloridas y divertidas de galgos. Al elegir tus posavasos de galgos, asegúrate de elegir un material de calidad que sea resistente y duradero, como goma o caucho.
Si eres un amante de los galgos o conoces a alguien que lo sea, los posavasos de galgos son un regalo perfecto. Son únicos y personalizados, y demuestran tu amor y aprecio por esta hermosa raza de perros.
En resumen, los posavasos de galgos son una adición funcional y decorativa a cualquier hogar. ¡Añade un toque de amor por los galgos a tu espacio hoy mismo!
“De casta le viene al galgo, ser rabicorto y patilargo. ” — Refranero español
“Más corre el galgo que el mastín, pero si el camino es largo, más corre el mastín que el galgo. ”— Refranero
“...no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua,rocín flaco y galgo corredor”. ”— Don Quijote de la Mancha
Ya sea a modo de decoración para la casa o simplemente porque tienes una visita de unos amigos y quieres servir de una forma original un refresco. Se sorprenderán al ver la silueta o la imagen de un galgo en su posavasos. Hay distintos modelos de posavasos. Elige el que más te guste.
Hay muchos tipos de posavasos. Según su forma, la mayoría son redondos o cuadrados. También hay variedad en cuanto al material del que están fabricados. Hay posavasos de cartón, de plástico o acrílico, pero ninguno tan original como el posavasos de lebreles.
Shakespeare menciona a los galgos en 11 de sus obras.
Los galgos, en cuanto a temperamento, resultan extremadamente cariñosos, delicados, relajados y muy obedientes, dejando sorprendidos a todos los que conocen un galgo por primera vez.
En la actualidad, el gris es el color menos común de galgo porque en una época, se creía que los galgos grises eran más lentos y corrían menos que los demás, por eso nadie los quería.