Orígenes

El nombre de Galgo italiano es una referencia a la popularidad de esta raza en el Renacimiento de Italia. Utilizado como un perro faldero y de caza hace muchos siglos, hay evidencia de que el galgo italiano existió en tiempos del antiguo Egipto y en Pomeii, que data de hace unos 4000 años. El galgo italiano llegó a Europa cuando los fenicios los trajeron, que luego fueron entrenados por los romanos.

Historia

Se han llegado a encontrar restos muy antiguos que son reconocidos de un perro muy parecido a un galgo italiano y fueron hallados en una tumba egipcia de hace más de 6.000 años. Se cree que existen desde hace más de 2.000 años atrás en lo que hoy es conocida como Grecia y Turquía, dado que aparece en sus artes decorativas. La raza fue importada a Europa por medio de los fenicios y posteriormente fueron los romanos los que la desarrollaron.

Aspecto

El galgo italiano es el más pequeño de los galgos, por lo general pesa alrededor de 3,6 a 6,8 kg y mide de 33 a 38 cm de altura en el hombro. Están en el grupo de juguetes en el Reino Unido y los EE. UU., Pero en el grupo de perros de la Fédération Cynologique Internationale (FCI).

El galgo italiano posee un pecho que es profundo, tienen un abdomen recogido, las piernas son largas y esbeltas, el cuello es largo que se estrecha hasta una cabeza de tamaño pequeña. La cabeza es larga y puntiaguda, como un galgo de tamaño completo. En general, se ven como galgos en miniatura.

Su marcha es distintiva y debe ser alta y libre, más bien como la de un caballo. Esta raza puede llegar a correr a una máxima velocidad con un galope de doble suspensión, y pueden alcanzar una velocidad máxima de hasta 25 millas por hora es decir 40 km / h.

Salud y cuidados

En realidad el pequeño lebrel italiano no es tan frágil como parece. No obstante, durante el primer año de vida tiene una osamenta delicada, por lo que debemos de procurar que no se lesione o exponerlo a saltos arriesgados.

Si realmente ha llegado a la determinación de convivir con un galgo italiano debe tener en cuenta que son perros muy enérgicos que requieren de ejercicio físico a diario y constante afecto. Bastará con jugar 10 o 15 minutos a diario y salir a pasear unas dos o tres veces al día. Como se ha mencionado anteriormente no debemos salir a exteriores sin correa ya que son perros asustadizos y si empiezan a correr será dificil alcanzarlos debido a su velocidad y a que correr detrás suyo hace que se pongan más nerviosos. No hay que usar correas excesivamente largas con estos perros ya que son capaces de alcanzar velocidades muy altas en muy poca distancia y un parón brusco podría provocar alguna lesión.

Son perros que no requieren de un aseado excesivo ya que suele ser un lebrel bastante limpio debido a su ceñido y corto pelaje. No suele necesitar de un baño con champú, aunque se recomienda. Si realmente juzga que su galgo italiano necesita de un baño hágalo con agua templada o cálida, pero no excesivamente fría o caliente. Como el resto de caninos, agradecerá un corte de uñas cada pocos meses. Por lo demás no difiere de los cuidados esenciales de cualquier otro perro.